miércoles, 22 de abril de 2020

Diario 1 :Escritos de cuarentena.


Reflexiones en la Alcoba

Cuando acontecen grandes catástrofes, como la pandemia del Coronavirus, terminamos por recurrir a las respuestas que tal vez nos ofrezcan las teorías sociales  en búsqueda de una aparente explicación o solución; sin embargo, su capacidad explicativa y la complejidad de la realidad también se amplían. Por lo tanto, creo que, ante este tipo de crisis globales, la tarea urgente de la academia consiste en identificar los límites analíticos que poseen sus herramientas intelectuales para explicar los cambios históricos. En consecuencia, es necesario elaborar y visibilizar debates teóricos que permitan mapear y conceptualizar el mundo que está comenzando a surgir.
A continuación, se expondrán reflexiones sobre la burocracia, el capitalismo, el medio ambiente y la contingencia basado en textos de las ciencias sociales y artículos de la antropología con los que me he había encontrado hace ya algún tiempo y que hoy me resultan de gran interés para elaborar un contexto interpretativo del mundo contemporáneo con el fin de explorar las causas y las implicaciones de la pandemia del Coronavirus.

A propósito de la Burocracia

Muchos nos hemos enfrentado a trámites institucionales absurdos que nos hacen perder la paciencia. David Graeber (2015) en “La utopía de las reglas: sobre la tecnología, la estupidez y las alegrías secretas de la burocracia” expone críticamente que para los teóricos sociales clásicos las instituciones son eficientes y tienen racionalidades que permiten simplificar y organizar las relaciones sociales. Pero dicho sobre énfasis en la sistematicidad institucional no permite estudiar cómo la estupidez burocrática abarca y desgasta cada vez más nuestra vida cotidiana.
Los Estados han tomado modelos organizativos de las empresas para dinamizar sus procesos institucionales. Para ello, según Graeber, se ha utilizado la tecnología con el fin de elaborar normas, procedimientos y formatos que muchas veces terminan siendo absurdos y estúpidos. Paradójicamente, la búsqueda de orden termina generando ordenes arbitrarios que se naturalizan acríticamente y perpetúan formas de violencia. Por ejemplo, las reglas burocráticas generan la ilusión de que están basadas en la justicia, la racionalidad y la libertad, por lo que eliminan el poder autoritario. Pero cuando estas reglas se hacen explicitas se evidencia que son contradictorias, por lo que se genera un poder autoritario ya que los encargados de los procedimientos institucionales deben determinar en qué contexto se aplican. Tal es la desorganización que puede generar la burocracia que esta conduce a más burocracia, a razón de que sus problemas se pretenden solucionar bajo su misma reproducción al crear trabajos inútiles que crean reglas inútiles.
Los argumentos de Graeber nos invitan a abandonar la concepción de que las instituciones están apoyadas en racionalidades totalmente claras y sistemáticas. Actualmente, en el desborde de la burocracia moderna, nos encontramos ante el choque de múltiples reglas, procedimientos e intereses arbitrarios y contradictorios dentro de las instituciones. De modo que en vez de creer que la crisis actual fue planeada y coordinada, es necesario considerar la posibilidad de que la estupidez burocrática sea una de sus causas.
La falta de articulación institucional es un factor central que permite entender por qué el Coronavirus se está expandiendo por el planeta. Piénsese en la censura del gobierno chino ante las primeras alarmas del virus, la negación del peligro de la pandemia por los presidentes de Estados Unidos y Brasil, la tardanza en las medidas de respuesta por parte de los gobiernos europeos y latinoamericanos, la falta de preparación de los sistemas de salud en el planeta (especialmente en China debido a la baja calidad de su servicio y en Estados Unidos por su caótica y baja cobertura), y los recortes presupuestales en investigación y prevención de enfermedades virales. La pandemia actual se debe en parte a la burocratización del mundo contemporáneo, por ello es que, por ejemplo, las medidas autoritarias y represivas del gobierno chino no reflejan su alta capacidad coordinación, sino, por el contrario, su incapacidad de manejar la crisis. De allí que, como menciona Graeber, exista un vínculo constitutivo entre la estupidez burocrática y la violencia.

¿Cómo entender la crisis?

En medio de nuevos constreñimientos políticos surgen oportunidades por-venir, por lo que no debemos juzgar de antemano los cambios históricos. En este mismo sentido, el valor de la incertidumbre generada por el Coronavirus yace en que evidencia que no hay caminos predefinidos en la historia, puesto que nuestro mundo se encuentra en construcción permanente.
En esta crisis experimentaremos simultáneamente nuevos peligros y oportunidades democráticas. Veremos miedos colectivos que conducen a nacionalismos radicales y a sus formas derivadas de violencia, pero también al fortalecimiento multilateralismo para coordinar agendas globales de salud pública, estrategias económicas para salir de la recesión y el cambio de políticas migratorias debido a la crisis demográfica. Nuevos recortes fiscales en inversión social para rescatar a las grandes empresas y bancos de la crisis económica como actualmente pasa en nuestro pais, y a su vez una amplia defensa de los bienes públicos (como salud, agua y telecomunicaciones) contra las políticas neoliberales de privatización. El crecimiento de la inequidad social debido a las capacidades diferenciales de los Estados y regiones para ayudar a los más vulnerables, y nuevas redes, expresiones globales y vecinales de solidaridad y apoyo humanitario.
También es posible que presenciemos la pérdida de la privacidad dada una mayor mercantilización de la información virtual, y una mayor prevención y control de enfermedades por medio del big data. Un aumento en el desempleo global, pero también la creación de nuevos empleos y formas de explotación relacionados con el teletrabajo (que no cuentan con posibilidades de sindicalización y deben disputar sus derechos laborales). Mayores conflictos ambientales por energía y materia prima ante la masificación de la nueva tecnología que requiere el teletrabajo y, a su vez, una mayor preocupación por el cambio climático enfocada en la protección de ecosistemas para prevenir nuevas pandemias. Se abren nuevas posibilidades históricas para disputar el rumbo contingente que va a tomar nuestro mundo. La reinvención de los Estados por la crisis del Coronavirus es una oportunidad política con la que no contábamos en las décadas anteriores.
En suma, la vulnerabilidad y la desorientación que sentimos por la recomposición del mundo debido a la pandemia del Coronavirus debe llevarnos a evaluar críticamente las herramientas intelectuales con las que contamos y a crear modelos teóricos alternativos para comprender los tiempos de crisis que enfrentamos. Aun así, apenas empieza la tarea de elaborar herramientas que permitan mapear, conceptualizar y actuar ante la nueva realidad que está surgiendo. Los desafíos políticos e intelectuales de este nuevo siglo creo que nos obligan a reinventar la teoría social.

Bibliografía

 Graeber,David.(2015).La utopía de las reglas: sobre la tecnología, la estupidez y las alegrías secretas de la burocracia.Londres.Melville  House.
Tsing,Anna.(2005).El hongo del fin del mundo:Sobre la posibilidad de vida en las ruinas capitalistas. Estados unidos: Princeton Universiti Press.